domingo, 16 de junio de 2013

LA AVENTURA DEL TOCADOR DE SEÑORAS

Había comenzado a leer otro libro de este autor, Eduardo Mendoza, pero lo dejé porque no me parecía tan divertido como me habían dicho. (Lo volveré a intentar en otra ocasión).

Tanto este libro como el anterior mencionado, a saber El Misterio de la Cripta Embrujada, forman parte de una serie cuyo protagonista es un joven que ha pasado gran parte de su vida en un manicomio y cuando le dan el alta se dedica a resolver misterios en los que se ve envuelto sin comerlo ni beberlo.

El libro que ahora mismo nos ocupa es una historia de rápida lectura, el libro no es excesivamente extenso, y divertida. Yo lo definiría como una comedia de enredo con situaciones surrealistas, como surrealista es que el que resuelve el enigma del tocador de señoras sea una persona que acaba de salir del manicomio.

Todo el libro está narrado en primera persona, esto es el joven del manicomio, que describe las situaciones de manera divertida y que para nada da la impresión de que a esta persona le falte un tornillo, por decirlo de una manera bastante coloquial. Por el contrario parece una persona bastante cuerda. (En cualquier caso todos tenemos un punto de locura que en ocasiones nos hace más llevadera la vida).

El protagonista se ve envuelto en una trama de fraude fiscal, empresarios y alcaldes corruptos, un chófer negro que le ayudará a solucionar el embrollo ya que se produce un asesinato. Por supuesto no faltan enredos amorosos y diálogos que yo definiría "de besugos".

Si quieres pasar un buen rato, ni llevarte un tocho a la playa, te recomiendo este libro.

viernes, 14 de junio de 2013

CUÍDATE DE LOS QUE SABEN ESCRIBIR

Yo no soy escritora ni pretendo serlo pero quiero humildemente homenajear a todos aquellos que con sus historias, cuentos y novelas nos hacen soñar. 



"Esa noche no pudo dormir. Estaba inexplicablemente nerviosa, iba a volver a verlo. Sólo se habían visto en una ocasión pero ya entonces sus piernas temblaban como gelatina, sólo esperaba que él no notara su nerviosismo.

Le ocurrió lo que le ocurre siempre que está muy nerviosa, se la cierra el estómago, es incapaz de probar bocado. El corazón le palpita de tal manera, que está convencida que todo el mundo puede oír sus latidos. Un sudor frio le recorre la espalda.

En realidad era perfectamente consciente de que todo eso era absurdo, pero todo aquello escapaba a su control. Era como ver a ese artista al que admira por su maravilloso talento, ese actor como la copa de un pino, o ese cantante que compone todas sus interpretaciones. Pero él no era ningún artista, no conocido al menos, pero para ella sí era un artista, un mago de las palabras. Sus trucos de magia la transportaban a un mundo de fantasía donde todo era posible, donde todo tiene un final feliz. Se sentía como Alicia en el país de las Maravillas, se topaba con animales que hablaban, con dulces gominolas o con viajes inesperados. Así era él, sacaba un conejo de su chistera y ella quedaba embelesada como una niña que va por primera vez al circo.

Aún no sabía lo que iba a ocurrir, tampoco debería esperar nada, pero su corazón adolescente no podía reprimir lo que sentía. No es que ella fuera una adolescente, al menos no físicamente. Pero lo cierto es que su corazón era adolescente, vibrante y con ganas de hacer muchas cosas. Sentía que los años pasaban y la quedaban tantas cosas por hacer… Ciertamente había hecho cosas grandes, había logrado algunos de sus sueños, sin embargo siempre tenía la sensación de que el tiempo se le escurría de entre los dedos como la arena de un reloj, tic tac.

Y de repente apareció él en su vida con su mundo de magia y la encandiló, sin ni una sola palabra dirigida a ella. Su pasión por la lectura hacía que viviera con gran intensidad sus cuentos, ponía voces y caras a los personajes, participaba con ellos en sus historias y se adentraba en el hoyo por el que Alicia cayó. El hoyo era cada vez más profundo y llegaba a un mundo irreal que a ella la hacía soñar.

Y como Alicia, soñó y soñó y se resistía a despertar. Deseaba continuar en aquel mundo en el que todo era posible con fantásticas criaturas que la hacían feliz, con sombrereros locos y reinas de corazones y eso la hacía olvidar que su vida era otra. Y soñó que él pensaba en ella y que escribía para ella. Y llegó el momento de despertar de ese dulce letargo que la hacía huir del dolor, y se topó de golpe con la realidad, que resultó no ser tan dulce. Pero en los cuentos los finales son siempre felices, y en este cuento también. Y es que él escribió un cuento... sólo para ella."


sábado, 8 de junio de 2013

BAJARSE AL MORO

Me he leído esta obra de teatro para ayudar a mi hijo con un trabajo de lengua (mi hijo está en cuarto de la ESO).

No es la primera vez que leo las novelas u obras de teatro que le mandan ya que como me encanta leer además le puedo echar una mano con el trabajo. Lo hice con La Fundación de Buero Vallejo que me gustó bastante más que esta.

La cuestión es que la novela en si, de José Luis Alonso de Santos, me ha parecido una cutrez. Con todos mis respetos al lector y al autor, pero no ha sido para nada de mi agrado.Tal vez yo sea una madre retrógrada y poco moderna, pero una obra de teatro cuya trama es cómo traer droga como mulero desde Marruecos, no me ha parecido apropiada y mucho menos para unos chavales de 15 y 16 años.

Cuatro jóvenes, uno de ellos policía, otro con un ojo de cristal que fabrica alpargatas, una choni poligonera, que diríamos ahora, especialista en traer droga dentro de su cuerpo y una virgen pija que se ha escapado de casa. Entre todos quieren adiestrar a la nueva, la virgen, para traer droga pero claro uno de sus orificios está inmaculado así que proponen que uno de ellos la desvirgue. Todo esto aderezado con una madre cleptómana y medio chiflada. 

Se supone que es una comedia y también se supone que tiene mensaje, dado que la obra se desarrolla en la época de la transición. Pero yo que debo ser demasiado mayor para estas cosas, no lo he visto por ningún lado.

Estoy segura de que el trabajo de lengua que consistía en descomponer los personajes, diferenciar nudo y desenlace, etc, se podría haber hecho con cualquier otra obra clásica, como por ejemplo La Casa de Bernarda Alba.

Esta es como siempre mi más humilde opinión, probablemente me haya dejado llevar por el afán de protección de madre y considere que esta obra sea poco edificante para estos chavales. Bastante tenemos con la sociedad en  la que nos ha tocado vivir, bastante asquerosa por otra parte, en la que parece que todo vale y todo está bien. Se inculca a nuestros hijos que no pueden decir que "no" a nada, si antes no lo han probado. Y por ahí, yo como madre, no paso.

lunes, 3 de junio de 2013

EL FRUTO DEL BAOBAB

Diría que este es un libro de mujeres para mujeres, pero no estaría mal que lo leyeran los hombres.

Una pediatra se traslada a Mataró después de una dolorosa ruptura sentimental, con el propósito de darle un cambio a su vida. En la consulta conoce a una mujer de Gambia, madre de cuatro hijos. Después de hacer una exploración a la hija mayor de 14 años, emprenderá una lucha sin cuartel contra una de las tradiciones más bárbaras de la cultura gambiana. La ablación femenina.

La novela te hace ver el pensar de estas culturas que someten a sus mujeres a esta salvaje tradición rodeada de supersticiones y tabúes fruto de la ignorancia. Escudan esta costumbre en el Islam, cuando en ninguna parte del Islam se dice que se deba someter a las niñas a semejante barbarie.

Estas mujeres sometidas a causa de la ignorancia, no cuestionan la tradición pues consideran que de este modo la mujer llega a ser purificada y se paga más por ellas a la hora de contraer matrimonio. La mujer llega a ser única y exclusivamente un receptáculo para la procreación sin ningún derecho a disfrutar del sexo.

Hace algunos años vi un reportaje en la televisión sobre este asunto, y hoy es el día en el que me estremezco al recordarlo. Llevado a cabo por las viejas del lugar, sin ningún tipo de medidas sanitarias con graves consecuencias para muchas de las niñas, y estamos hablando de niñas de 5 y 6 años.

La mujer africana protagonista de la novela, se da cuenta que a las mujeres blancas no les ocurre lo que se supone las debería ocurrir al no estar "purificadas" y empieza a cuestionar esta costumbre ante el estupor de su esposo, y el apoyo incondicional de su hija mayor, cuando él pretende llevar a su hija de 6 años a África para "purificarla". 

Novela con sabor agridulce, que nos recuerda que en muchos lugares la mujer sigue siendo tratada como si fuera una esclava y sometida a las costumbres machistas que por desgracia incluso en los países llamados civilizados sigue estando vigente.