lunes, 24 de marzo de 2014

CAJÓN DESASTRE

A lo largo de nuestra vida llegamos a conocer a cientos de personas. La mayoría de las veces son personas que nunca volveremos a ver. Pero hay otras que entran en tu vida, se instalan, vuelven tu vida del revés y se van. 


Personas que te marcan para siempre, como el primer amor. Ciertamente el nacimiento de un hijo también cambia nuestra vida, nada vuelve a ser como antes, uno ya es padre y madre para siempre, pero no habla de eso mi relato, si no de esas personas que entran en tu vida como un huracán, lo desordenan todo y de repente un día deciden irse o tal vez seas tú el que decide que se vayan. De eso va mi pequeño relato de hoy.

"Siempre creyó que era feliz, que tenía todo aquello que una mujer necesita, que ella necesitaba. Había tenido un hijo, casi había escrito un libro y casi había plantado un árbol. Su vida estaba ordenada como el cajón de calcetines ideal, colocados por colores. Así trascurría su vida, sin grandes sobresaltos ni grandes emociones.

A veces creía necesitar alguna emoción que la hiciera sentir más viva, porque viva estaba. Pero su necesidad de estrujar la vida como un limón la llevó a encontrar un mundo de palabras mágicas que la hicieron sentir como Dorothy y sus zapatos rojos.

Alguien desbarató su cajón ordenado, y volvió su vida del revés dándole la vuelta como un calcetín. Llegó a ser feliz en ese caos que estaba condenado desde el principio a morir incluso antes de empezar a vivir. Era consciente de ello pero lo apartaba rápido de su mente, imprudente...

Las palabras de ese alguien bailaban en su cabeza, y los calcetines bailaban a su son. Llegaron a perder su pareja pero no la importó. Sus palabras sonaban como música que caldeaba su corazón que hasta entonces había estado cobijado, calentito y a buen recaudo. Pero llegaron a calentar su corazón de tal manera que comenzó a arder como un fuego fuera de control alimentado por palabras combustibles. Y se quemó, se quemó el cajón, y se quemaron los calcetines y se quemó su corazón, solo quedaron cenizas imposibles de recoger. Ahora solo cabe esperar que una galerna se las lleve ya que nunca más volverá a haber orden en su cajón."

No hay comentarios:

Publicar un comentario