lunes, 22 de diciembre de 2014

SE PROHÍBE MANTENER AFECTOS DESMEDIDOS EN LA PUERTA DE LA PENSIÓN

Con este singular título nos sorprende de nuevo Mamen Sanchez en una novela que te hará reír y llorar a partes iguales.

Es la segunda novela que leo de esta autora y me decidí por esta nueva historia después de haber disfrutado enormemente de la que leí con anterioridad, a saber La Felicidad es un Té Contigo, de la que también hice reseña.

En esta ocasión la protagonista es Cecilia, una mujer de 43 años sin hijos que se encuentra completamente abatida después de su fracaso matrimonial. A la desesperada casi, intenta darle un giro a su vida y acomete con un proyecto, para mi gusto, fantástico, que consiste en remodelar la vieja casa de sus abuelos y convertirla en una pensión, algo pequeñito y familiar, de hecho solo cuenta con tres habitaciones. Así que ella y las nuevas huéspedes, estudiantes universitarias, vivirán y descubrirán misterios, secretos familiares y naturalmente el amor.

Tres estudiantes y la asistenta, un albañil y un inmigrante keniata sin papeles y por supuesto la propia casera. 

Mamen Sanchez de manera genial consigue que todos y cada uno de ellos tengan un papel de la mayor relevancia en la historia de la que he de decir disfruté muchísimo. Cada capítulo del libro lleva el título de las normas de la pensión, un total de veinticinco. Normas que serán pasadas por alto en más de una ocasión incluso por la propia dueña de la pensión.

Un buen amigo bloguero me sugirió que ante una crítica comentara primero lo que menos me había gustado de la novela para a continuación alabar su contenido. Pues bien, no encuentro nada reprobable en la historia. Me ha encantado, ha sido una lectura fresca, amena, divertida, tierna, pasional y absolutamente adorable. 

Os la recomiendo sin género de dudas para estas vacaciones, si las vuestras son de esas relajadas y alejadas de la vorágine navideña. 

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