jueves, 29 de enero de 2015

DOY LA CARA


No tengo costumbre de escribir en mi blog asuntos de temática social, porque principalmente me centro no solo en mis reseñas, sino en sentimientos que todos en un momento dado hemos conocido.  

Pero en esta ocasión he decidido que lo voy a hacer, porque estoy reivindicativa y porque ¡ya está bien! Sé que con esto no voy a conseguir absolutamente nada, solo quizás despotricar un poco sobre el asunto, la llamada violencia de género. Aunque creo que el término "violencia machista" es mucho más adecuado, y es en el que me voy a concentrar en esta ocasión, porque el machismo y la cobardía es lo que hace que un hombre sea capaz de maltratar e incluso llegar a matar a su compañera, esposa y madre de sus hijos.

Ese asqueroso argumento del que se valen muchos hombres: "si no eres mía no eres de nadie". ¿Acaso es la mujer posesión de nadie, como para disponer de ella a su antojo? La cobardía e inseguridad de algunos hombres es lo que hace que maltrate a su pareja, dominándola y sometiéndola con la falsa sensación de superioridad.

Este año pasado cincuenta y nueve mujeres fueron asesinadas por sus parejas y en lo que vamos de año ya llevamos dos. Eso sin contar todas las que sufren el maltrato físico y/o verbal. Se anima a la mujer a denunciar pero no siempre es fácil. Hay una serie de factores que en ocasiones impiden a la mujer hacerlo como el temor al empeoramiento del abuso, el temor a que parientes y amigos no crean que se es una mujer maltratada ya que el esposo/compañero aparentemente es un ser pacífico. Tal vez estas mujeres aguanten porque quieren que sus hijos crezcan con los dos padres y les preocupe la manutención tanto de ellas como de sus hijos. A otras se las hace creer que la culpa es de ellas, que quizás se merezca la bofetada. Y por otra parte está la vergüenza de admitir el maltrato y vivir con la esperanza de que la situación mejore.

Desde aquí un fuerte abrazo a todas esas mujeres. A vosotras os dedico estas palabras de ánimo y fuerza.

Te golpea con la mirada punzante de un destornillador
acusándote de ligera o de torpe 
según el vino o el humor que ese día se le presentó.
No comprendes sus escarnios en lo público
y en lo privado, atacando tus interiores
arrastrándolos por el fango.

¡Levántate compañera! A por tu vida en el horizonte.
Sal del rincón de tu confinamiento,
daremos la cara sin miedo al enfrentamiento.
Mira valiente hacia delante 
con los ojos verdes de los pastos de la esperanza.
Cruza el puente sin mirar atrás
una mano amiga te ayudará.

domingo, 11 de enero de 2015

UN AÑO PARA EL AMOR O UN AMOR PARA EL AÑO

Estoy que me salgo, ya sé que no suelo colgar entradas tan seguidas pero me he dejado llevar y digo ¡qué narices a escribir que son dos días! Un punto de vista bastante epicúreo pero hoy me lo voy a permitir.

Y comienza un nuevo año, otro más. Y los años pasan a una velocidad de vértigo para algunos, sobretodo para los que ya tenemos cierta edad. A los jóvenes les parecerá que el tiempo va despacio, lento, incluso a veces parece que se arrastra, os puedo asegurar -si es que tengo algún joven lector entre mis asiduos- que esa sensación pasa en cuanto cruzas el umbral de los treinta. El tiempo se precipita como una cuesta de enero en sentido invertido, es pindia ¿verdad? Cuesta subirla pero os aseguro que luego la velocidad que coge  es mareante. Y de repente tus hijos son mayores, y no te necesitan y te hacen abuela y de vez en cuando ejerces como tal y el tiempo pasa deprisa y llegas a los cincuenta y dices, ¡no puede ser, si no me ha dado tiempo a hacer todas las cosas que tenía pendientes! 

Hace poco he tenido esa sensación con una película de animación "Up". Llega la vejez sin haber hecho todo lo que se tenía planeado, todos los sueños que albergamos en nuestros corazones. Los que habéis visto la película sabréis que en el fondo es una maravillosa historia de amor, conmovedora hasta el llanto. Soy así, qué le voy a hacer lo mismo lloro con un bolero que con una película de animación o con una interpretación libre de Romeo y Julieta. Y sí, pensando en el amor andaba cuando me salió todo esto que ahora paso a redactar, porque ¿qué sino el amor mueve el mundo? ¿Qué nos queda si no tenemos amor?
Así que como es un nuevo año, y de nuevos propósitos y tal y tal, yo os deseo que el que no lo tenga ya, que lo encuentre y el que ya lo tiene que lo conserve porque no hay nada más hermoso que el amor y el estar enamorado y si no ya me lo diréis, ah y duele, sí duele, pero es que esto funciona así.

Porque el amor anda agazapado a la vuelta de la esquina, dispuesto a asaltarte dejándote con un atraco en el alma y con las piernas temblorosas.

El amor es eso que espera detrás de una mirada, de una sonrisa, de un guiño inocente de complicidad. Así nos asalta el amor, sin previo aviso y nos roba la voluntad, la cordura, el raciocinio. Y nos quema por dentro con un fuego más fuerte que la muerte que nos deja aturdidos sin resuello intentando encontrar explicación lógica a algo que en realidad no la tiene.

Y sabes que es un amor de verdad, de los que duran porque es alimentado y cuidado y acariciado cada día, cada semana sin descanso, sin medida. Y te preguntas ¿se puede amar más? Y encuentras la respuesta al cabo de los días cuando ves que el amor que sentías, ese desbordante que te ahoga y no te deja respirar, es una mota de polvo en la balanza.

Así es el amor y si no lo sientes así es que nunca has estado enamorado de verdad.

¡Buena suerte y buen amor!