jueves, 3 de septiembre de 2015

EL AMANTE JAPONÉS

"No puedo renunciar a amarlo, sin él me secaría como una planta en el desierto".

Con estas palabras se podría resumir a la perfección la esencia de este libro que me ha apasionado como prácticamente cada novela que cae en mis manos de Isabel Allende. He disfrutado muchísimo con su lectura aunque esta vez he echado de menos la intensidad a la que esta escritora me tiene acostumbrada en sus libros.
Sin duda una historia de amor que ella como pocos inventa. Amores difíciles, complicados, a contra corriente, inadecuados, ilícitos pero imposibles de obviar porque de lo contrario uno se secaría como una planta en el desierto.

La novela nos cuenta la historia de Alma Velasco en un contexto  bélico como fue la II Guerra Mundial y los acontecimientos acaecidos con los japoneses, el ataque a Pearl Harbor y sus consecuencias en los campos de concentración como el de Topaz. Aunque Allende no se recrea en todos estos hechos, sino más bien en un amor que nace en la niñez, el amor entre Alma e Ichimei, el niño japonés cuyos padres trabajan para los tíos de Alma. Su amor permanece a lo largo de los años, con encuentros y desencuentros pero amor de verdad, del bueno, del que no se gasta, del que deja huella y marcas indelebles, de ese.

Mi primera reacción analizando la historia sería decir, 'Alma es una cobarde que primó su propio bienestar a su amor por Ichimei', sé que suena contradictorio con lo que he mencionado anteriormente, pero Alma no podía dejar de amar a Ichimei. Es fácil, cuando uno lo ve desde fuera, decir o pensar que Alma fue una cobarde, pero por otra parte no es nada sencillo vivir una historia de amor en unas circunstancias en las que todo juega en tu contra y en la que los prejuicios pesan como una losa resultando ser una lucha sin cuartel que agota emocionalmente pudiendo llegar al desequilibrio mental. Así que de ningún modo me atrevo a juzgar a Alma ni a ninguna otra persona a la que el amor haya atravesado como un obús dejándola sin resuello por no poder entregarse al cien por cien. Sin embargo "la necesidad de Alma de saberse amada era insaciable".

No es una novela excesivamente larga así que puede ser una buena opción para lo que queda de verano.

"Espero tus cartas y tu voz en el teléfono, te imagino llegar corriendo... A veces el amor duele". Y es que de eso doy fe.

3 comentarios:

  1. Como dice Carlos Chaouen : "Duele, la vida como un puñal hay veces que duele..."...

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    1. Parece que el ser humano y el dolor van siempre de la mano, hasta la vida en general duele y el amor en particular. Gracias por tu comentario. Un saludo Oscar.

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