lunes, 26 de octubre de 2015

LOBOTOMÍA DEL CORAZÓN

"El mayor error del ser humano es intentar sacarse de la cabeza aquello que no sale del corazón."


Con estas palabras de Mario Benedetti en mente recordé la película Esplendor en la Hierba en la que una jovencísima Natalie Wood interpreta a una mujer enamorada de un joven de familia con posibles. Los padres de ambos se oponen a tal relación debido en gran parte a las diferencias sociales entre ellos. El joven accede a los deseos de su padre y rompe la relación sumiendo a la joven enamorada en una profunda depresión. Ante tal hecho los padres deciden ingresarla en un sanatorio mental en el que con la ayuda de una lobotomía consiguen que la joven olvide el amor que siente por el chico, convirtiendo a ésta en una mujer casi muerta en vida incapaz de mostrar sentimientos.
Es terrible que te obliguen a olvidar a alguien del que estás perdidamente enamorado. En realidad ¿cómo se puede sacar algo de la cabeza si está asentado en el corazón? Así es cuando te enamoras, piensas a todas horas en esa persona, tu primer pensamiento es para ella, tu último pensamiento es para ella y no puedes quitártela de la cabeza porque se instaló en tu corazón. 



Tendrán que lobotizarme
si quieren que te olvide
provocando en mí un suicidio mental
en la agonía de mi memoria.

Un reflejo en el espejo,
el cadáver de mi alma
al saberte tan cercano
tras las millas 
a la vuelta de mi esquina.

Y ya no quedará esplendor
ni en tu yerba
ni en mi playa.

viernes, 16 de octubre de 2015

LAS MANTENIDAS

Creé mi blog para escribir reseñas literarias, luego comencé a escribir algo así como poesía, o prosa poética que de vez en cuando publico, pero hay ocasiones en las que hago algún tipo de reflexión o crítica y me apetece compartirla. Hoy es una de esas ocasiones.

Escuchando el otro día en una entrevista a Mariló Montero, conocida periodista por sus innumerables perlas, una mujer estupenda por otra parte, decir que su madre no la había educado para ser una mantenida. (No sabía yo que hubiera madres que si lo hicieran). Pues bien, siempre he odiado esa palabra con clara connotación peyorativa, que se utiliza para toda mujer que no está en el mercado laboral.

Mantenida es aquella mujer que vive de su marido o su pareja. Bien, yo podría entender que se utilizara esa expresión para aquellas mujeres que dando el "pelotazo" de su vida, se casan con un hombre rico y se dedican a ir de shopping, a tomar cafés con las amigas o a jugar al golf. Y si tienen hijos contratan a otras para que se los cuiden. Esas mujeres son, para mí, unas mantenidas, esas que no dan palo al agua. Pero esas amas de casa, que se casan y se dedican al cuidado de su casa y sus hijos de ningún modo se las puede llamar mantenidas. No hay mujer más trabajadora que el ama de casa. ¿Acaso no se "ganan" el sustento cocinando, limpiando, lavando, planchando, haciendo la compra, cambiando pañales, administrando y organizando? ¿Cuánto costaría tener en casa a una persona que hiciera todo ese trabajo? Creo que muy pocos se lo podrían permitir.

La independencia económica para las mujeres es algo a tener en cuenta, en realidad sería lo que evitaría que muchas mujeres tuvieran que vivir con su maltratador, así que es algo por lo que todas debemos luchar, un trabajo que nos ofrezca esa independencia. Algo bastante difícil por otra parte en los tiempos de crisis económica y en la asquerosa sociedad en la que vivimos que considera que una mujer de más de 45 años ya no sirve para nada. Vergonzante.

¿Mantenidas? Sí, las que derrochan el dinero de sus maridos en uñas de porcelana. Pero nunca una mujer que por voluntad propia ha decidido quedarse en casa para cuidar su casa y educar a sus hijos merece el apelativo de mantenida que de manera peyorativa incluso muchas mujeres utilizan.

lunes, 5 de octubre de 2015

CINEFILIA AL AIRE


No me definiría como una cinéfila propiamente dicho, aunque sí soy amante del cine, especialmente del cine clásico, del cine de antes, el que era en blanco y negro, el de la época dorada de Hollywood, el de Humphrey Bogart e Ingrid Bergman o Spencer Tracy y Katherine Hepburn o incluso Ginger Rogers y Fred Astaire, sí ese es el cine que me apasiona quizás sea porque es el cine del que disfrutaba de jovencita. Me encantaban las películas del oeste, todas en las que salía ese hombretón llamado John Wayne. También leí mucha novela del oeste, muchas de ellas me las dejaba mi tío. Quizás gracias a él me aficioné a la lectura.

Aunque recuerdo una de esas cosas que en mi mundo de pubertad hacía, y era recortar las películas que se anunciaban en el TP acompañadas de una fotografía, ¿eso es cinéfilo? Lo cierto es que conservé una caja con todos esos recortes hasta que me hice "mayor". 

Colaboré durante un tiempo en un blog de cine, Motel Purgatorio, en el que me apasioné hasta el extremo rememorando y visionando de nuevo aquellas películas de antaño. Sí, me gusta el cine, y sí quizás soy cinéfila. 

No hace mucho leí un poemario del que hice reseña, -Siempre nos quedará Casablanca-, que hablaba mucho del cine y me apasioné de tal modo que recordé mi niñez en el pueblo de mis abuelos. Seguro que todos los que ya tenéis una edad recordáis el cine en la plaza del pueblo. 

A mis abuelos Sabino y Aurora y al pueblo San Esteban del Valle.

"Recuerdo el cine en la plaza del pueblo,
sí, allí junto al pilón que emanaba agua
que saciaba la sed de personas y bestias.
Eran noches de estrellas del firmamento de Gredos
pero también de las que brillaban en Hollywood.
El abuelo apremiaba a llevarnos las sillas
con las patas llenas de entusiasmo
y temblorosas por la expectación.
La plaza está llena y la lona extendida.
Ya suena la música, la banda sonora
por toda la sierra donde los amantes
se aman y los besos se sellan.
Así recuerdo el cine en la plaza del pueblo
en una mano la silla y en la otra el abuelo."